lunes, 29 de enero de 2007

Mirar atrás

Estaba sobre dos ruedas, preparado, sin casco, por que en esa época no se estilaba, tenia los nervios a flor de piel.

Un empujón, la bicicleta empezó a moverse, intentaba aguantar el equilibrio, pedaleaba. Cuando de repente una voz a mis espaldas dijo: Sobretodo, no mires atrás!. Me gire para mirar quien lo decía. Un arbusto se puso en mi camino, y todavía no tengo muy claro quien acabó peor, si él o yo.

Este fue mi primer intento y casi último de montar en bicicleta. Después de esa han venido muchas caídas pero seguro que no por mirar hacia atrás.

Ese día aprendí una gran lección sobre la vida, aunque era muy pequeño para saberlo.

Vivir es como ir en bicicleta, cuando estás en marcha, no es bueno mirar atrás, puedes tropezar y caer. Haz de ir con la vista al frente para ir viendo lo que te depara camino y poder manejar tu bicicleta.

Solo hay unos pequeños momentos en los que se permite mirar atrás. Cuando necesitas hacer un descanso, cuándo llegas a un mirador, cuando te paras. Entonces es momento de ver lo que has recorrido hacer un repaso de lo que se ha hecho y partir de él volver a ponerse en marcha con nuevas fuerzas.


La semana que viene es luna llena, un buen momento para parar la bici y ver el camino que llevo hecho. También un buen momento para hablar con mi vieja amiga.

Es curioso que el día que hay luna llena, será un día que necesitare un gran apoyo moral, es curioso que esa noche que pasaré solo - Ella estará lejos de mí - mi amiga se acerque a verme. Coincidencias que tiene la vida, tal vez.

martes, 23 de enero de 2007

La feria


Siempre recordaba haber vivido en la calle, 10 años intentando sobrevivir, una infancia perdida.

Y ahora aquellas personas que querían ayudarle, hacia ya un mes que habían aparecido. Y encima le venían con esta sorpresa:

"Mañana entrarían en la feria, y esas personas habían conseguido que la feria de la Ciudad les diese un ticket para que montasen en la atracción que quisieran"

No se lo podía creer. Durante la noche no pudo dormir, los nervios no le dejaban, la feria!.

Siempre la había visto como un lugar mágico pero nunca le habían dejado entrar, no tenía dinero. Pero mañana!

Se levanto pronto y corriendo fue al lugar donde habían quedado con esas personas, él y otros compañeros suyos de calle. Se dirigieron a la entrada de la feria, y allí le dieron el ticket que le permitiría subir en la atracción que quisiera. Tenia todo el día para elegir.

Había una montaña rusa, tío-vivos, caballitos, los autochoques. Sus amigos fueron eligiendo y fueron subiendo en las atracciones que elegía

El no se decidía, a que atracción podría subir, todas le parecían fantásticas, todas eran mágicas. Pasaba el día y seguía sin subir a ninguna.

Acabo el día y el no subió a ninguna atracción, prefirió quedarse con el ticket, quiso quedarse con la ilusión de que podía haber subido a lo que hubiese querido. La ilusión de poder elegir.

Tonto dirán algunos, se quedo sin nada dirán otros, pero realmente, lo verdaderamente bueno, lo guardo en su corazón.

jueves, 18 de enero de 2007

El cruce de caminos

Había llegado hasta allí, el camino no había sido fácil. Pero ahora tenia ante él una encrucijada, podía elegir entre dos caminos a seguir.

Una duda le asalto... ¿Por cual seguiría? Tenia que tomar una decisión y no parecía fácil.

Se tomo un momento para meditar. El viaje había sido duro, tuvo que enfrentarse a graves problemas, conoció a gente por el camino, perdió a amigos, pero siguió su dura senda, valiente sin mirar atrás, recto sin dudar. Sin hacer nunca marcha atrás. En ningún momento su paso tembló, fue firme, en ningún momento pensó en retroceder.

Creía que lo más duro ya había pasado.

Pero ahora allí estaba, delante de él dos caminos le invitaban a seguirlos, los dos sinuosos, los dos prometedores de nueva emociones. Se dio cuenta de que había llegado el peor momento de su viaje.

Una sensación extraña, nueva para él le invadió: tenia miedo!!.

Un miedo atroz le asalto cuando se puso a pensar que camino tenia que escoger. La duda se apodero de él, no podía escoger.

Tenia miedo, pero no miedo a lo que le pudiese deparar el camino si no que tenia miedo por que el elegir un camino implicaba abandonar el otro y dejar de conocer todas las cosas que le podía aportar, las personas que podría encontrar.

El miedo le venció y por primera vez en su vida decidió retroceder, volver atrás con una gran tristeza en su alma.

Ante la imposibilidad de elegir, decidió quedarse con lo que tenia, perdiendo no una sino dos posibles vidas.

martes, 16 de enero de 2007

Vacío


Hay momentos en los que me siento vacío, sin nada dentro mí, sin nada que aportar a esta vida, sin nada que expresar.

Miro en mi interior y no veo nada, soy como una gran cáscara vacía que antaño contenía cosas que podrían haber sido importantes, cosas que tal vez valían la pena, pero que ya se fueron.

En esos momentos mi presencia se difumina hasta llegar a desaparecer, mi existencia deja de tener sentido y me gustaría ser olvidado.

Pero justo antes de desaparecer, solo tengo que levantar los ojos, mirarla a Ella, su sonrisa y si busco bien, puedo ver en mi interior una pequeña luz, reflejo de la suya que me llena y fortalece.

Vuelvo a estar lleno, el periodo Navideño ha pasado y la vida me sonríe, allá vamos.

jueves, 11 de enero de 2007

Cáete !!


Suéltate de la barra, deja de agarrarte decia Mi Mentor.

Cáete, vuelve a caerte, date un buen golpe, nada de protecciones, nada de colchones.
Y cuando estés en el suelo, dolorid@, maltrech@ maldiciendo al mundo por tu suerte, no te regodees, levántate con ese orgullo que tenemos. Alza la mirada y continua.

Si te ayudan deja que te ayuden, levantarse sol@ a veces no es fácil y una mano viene bien, pero una vez levantad@ suelta la mano vuelve a caminar pero sin barra, sin agarrarte.

Cáete...

Nuestro mayor logro no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.

lunes, 8 de enero de 2007

El regalo de Reyes


Me estoy despertando lentamente, mi mente empieza a cruzar esa línea difusa que nos separa el mundo del sueño de la realidad. Recuerdos de la noche pasada vienen a mi mente, de esa noche especial. Hoy es el día de Reyes, y anoche fue su noche.

La noche de Reyes, esa noche mágica, maravillosa que siempre se apodera de mí. Esa noche que hace salir el niño que no quiere crecer que se esconde dentro de mí. Ese niño que establece su reinado nocturno en esta noche. Es su noche.

Ese niño que como cada año fue con toda la ilusión del mundo a ver la cabalgata de Reyes, cabalgata mágica y espectacular, que se puede esperar de los ojos de un niño.

Esa visita a la Feria de Reyes llena de juguetes, sus luces, su olor a churros y su chocolate caliente. El chocolate ... chocolate caliente, que te ayudaba a seguir en la fría noche.

Esos nervios al irte a la cama pensando que me traerán los reyes, o lo que es peor y si no pasan ....

Una sonrisa cruzó mi cara, es hora de levantarse, poco a poco fui abriendo los ojos, ¿estaría allí mi regalo?. La poca luz que entraba por el balcón me deslumbro. Mis ojos se fueron acostumbrando poco a poco, gire mi cabeza a un lado y ...

si! estaba ahí!!

A mi lado durmiendo tranquilamente estaba Ella, el mejor regalo que podía tener este día reyes despertarme a su lado, dentro de poco Ella también se despertará, y ilusionada se levantará a ver que nos han traído los Reyes. Y con una gran sonrisa volverá con ellos a la cama. Esa sonrisa que me iluminará para todo el día, esa sonrisa que nunca me cansaré de ver, esa sonrisa de niña traviesa que nunca a roto un plato.

Esa sonrisa que me recuerda lo mucho que le amo. Esa sonrisa que me recuerda lo mucho que me ama.

Mi mejor regalo, su sonrisa en la mañana de Reyes.

martes, 2 de enero de 2007

Se fue


Una caída, una triste y maldita caída la víspera de Navidad. No parecía ser nada hasta que el dolor fue en aumento y no se podía mover.

La única solución fue acudir a urgencias al Hospital, era nochebuena y pocos servicios médicos había, un hospital curioso lugar donde depositamos nuestras esperanzas en los peores momentos.

Paso la nochebuena en una sala blanca, la familia a unos metros, separados por una fría pared, esperaba saber de su destino. Era la primera que pasaba sin su familia, rodeada de extraños.

Todo fueron buenas palabras, no es nada algo rutinario, se pondrá bien, ahora la trasladaremos a planta, palabras de esperanza que reconfortaban.

Solo había un obstáculo, una simple operación, un clavo que poner en una pierna, algo fácil y rápido. No había de representar ningún problema, tal vez que tendría que llevar bastón el resto de su vida.

La operación se retrasó por culpa de una infección, mientras tanto su mente se iba yendo, poco a poco, presagiando lo que iba a venir.

Dos días después, llegó la operación, no fue rápida, salió dormida, aparentemente tranquila, lo que nadie sabía es que no volvería a despertar. La operación le causo un coma. Perdió demasiada sangre. No fue fácil.

Fueron unos días de locura, sufrimiento, estar pendientes de un teléfono.

El 31 de diciembre acabo el año, y con el se fue ella, para no volver más.

Mi último recuerdo, decirle hasta mañana mientras le ataba un brazo a la cama para que no se arrancase la sonda. Sus palabras en medio del desvarió: no me ates.

No pudimos volver a decirnos nada más.

La ironía: con su marcha consiguió lo que hacia tiempo que no pasaba, reunió a la familia a su alrededor, lo que no pudo tener en vida lo tuvo ahora. Tarde pero lo tuvo:

Reunió a la familia en Navidad.


La navidad me entristece, ya falta poco, espero salir de otra, y no acabar devorado por mis pensamientos.

El miércoles es luna llena, me refugiaré en sus brazos.