viernes, 22 de junio de 2007

El muro

Estoy cerca, a tu lado, pero a la vez muy lejos.

Te veo enfrente de mí, con mis ojos, podría tocarte. Pero una barrera, un muro infranqueable nos separa.

Tu voz llega a mí, tus dulces palabras acarician mi mente. Querría alargar mi mano y tocarte, pero ese muro sigue ahí.


¿Podrás esperar a que lo atraviese? ¿Tendré valor para atravesarlo?

Hoy ya no puedo. Me quedo aquí resignado lejos de ti, pero irónicamente tan cerca.

Me voy, me voy a recluirme a mi pozo. Algún día tendré el valor para atravesar el muro, me miento a mí mismo.

De repente una mano cálida se pone sobre la mía. Levanto los ojos y me sonríes. El muro ha desaparecido, la barrera infranqueable se ha convertido en un camino a seguir.

Que tonto fui, que tonto habría sido al irme.

¿ Por que vemos muros donde no hay?. ¿ Por que no confiamos en nosotros mismos ?


Una vez mi mentor me dijo que para conseguir algo sólo tienes que estirar el brazo, tal vez no lo consigas, pero al menos no te quedará la duda de que hubiese pasado.

lunes, 18 de junio de 2007

Esclavo de su corazón


Se creía dueño de sí mismo, dueño de su vida. Él la gobernaba con mano dura, con pulso firme marcando el rumbo a seguir.

Se consideraba libre de hacer lo que quisiera.

Un día, delante de él, apareció en el firmamento una estrella que ilumino su vida, la estrella aparecía noche tras noche acompañando su camino. Al ser libre "eligió" dejar de vivir de día para vivir en la noche con ella, no quería perderse ni un momento.

Pero una noche oscura, una negra noche, una noche de tormenta ella no acudió a su cita en el cielo, el cielo estaba negro y él desorientado no supo que hacer. Donde estaba su estrella. Decepcionado, amparado en su libertad, volvió a vivir de día no quería volver a verla, abandonaría la noche para siempre.

Él, libre, decidía lo que iba a hacer en cada momento, era dueño de sí mismo.

Hasta que un día, alguien, un viejo amigo (o tal vez no) le enseño una foto del cielo de la playa en la noche. Y la vio, allí estaba su estrella, noto que algo le faltaba recordó viejos tiempos y aprendió una amarga lección.

"Nunca se tiene la libertad de amar o de dejar de amar"

Estamos atados a los caprichos de nuestro pequeño corazón.

Pero tengamos presente, que aunque caprichoso, siempre está abierto a nuevas etapas cuando las viejas acabán. Dejemos que vaya a su ritmo y acompañemos su paso

viernes, 8 de junio de 2007

Una luz, una esperanza (IV)

Como hemos llegado hasta aquí


Hoy sin palabras


Esta imagen lo dice todo, aquí tenéis la luz que guía nuestro camino, aquí tenéis a nuestra esperanza. Aquí tenéis el resultado de nuestro amor.