
Un cuento curioso que me explicó mi mentor, una noche bajo la luna:
"Un día, un gran sabio prometió a su discípulo que le haría una gran revelación.
Una que no podría encontrar en ninguno de los libros que recogían la sabiduría humana.
El discípulo, impaciente, le pidió al sabio que cumpliese su promesa lo antes posible, el sabio le ordeno:
- Sal fuera, ponte bajo la lluvia y quédate con los brazos abiertos y la cabeza mirando al cielo. Así de esta forma obtendrás la revelación.
Al día siguiente, el discípulo, con un pequeño resfriado, fue a buscar a su maestro para informarle:
- Maestro, seguí vuestro consejo y me empape hasta lo más profundo de mis huesos. Me sentí como un perfecto idiota.
- Muy bien - dijo el sabio - para ser el primer día creo que es una gran revelación, ¿ no te parece ?"
Solo cuando nos damos cuenta de nuestra insignificancia, podemos llegar a hacer grandes cosas.