miércoles, 25 de abril de 2007

Una gran verdad


Un cuento curioso que me explicó mi mentor, una noche bajo la luna:

"Un día, un gran sabio prometió a su discípulo que le haría una gran revelación.

Una que no podría encontrar en ninguno de los libros que recogían la sabiduría humana.


El discípulo, impaciente, le pidió al sabio que cumpliese su promesa lo antes posible, el sabio le ordeno:


- Sal fuera, ponte bajo la lluvia y quédate con los brazos abiertos y la cabeza mirando al cielo. Así de esta forma obtendrás la revelación.


Al día siguiente, el discípulo, con un pequeño resfriado, fue a buscar a su maestro para informarle:

- Maestro, seguí vuestro consejo y me empape hasta lo más profundo de mis huesos. Me sentí como un perfecto idiota.

- Muy bien - dijo el sabio - para ser el primer día creo que es una gran revelación, ¿ no te parece ?"


Solo cuando nos damos cuenta de nuestra insignificancia, podemos llegar a hacer grandes cosas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Que buena la historia!!! y que razon tienes

Xiluso dijo...

Y que pequeño que soy.

Lastima, Aiyana, que la historia no es mia pero la asumo completamente

Anónimo dijo...

Es verdad, sólo cuando nos damos cuenta de nuestra insignificancia podemos abrirnos ante nuevas ideas con ganas de aprender de ellas; lo malo es confundir ideas, hay quien se toma demasiado al pié de la letra todo esto de la insignificancia y acaba pensando que es el último mono, un ser insignificante que no tiene derecho ni a respirar... Insignificantes somos todos por igual, nadie debe pensar que está por debajo de otra persona. Besillosss.

Ahps, y aunque igual le he sacado demasiada punta a esta historia, no por ello deja de ser una muy buena historia!

Xiluso dijo...

Alalluna me encanta que le saquen punta a las historias, si quieres te dejo un sacapuntas que siempre llevo encima ;D

Considerarte insignificante es la primer revelación, la segunda es que veas que puedes ser capaz de hacer grandes cosas. Y si no mira la semilla de un arbol :P

erMoya dijo...

Alalluna, me ha encantado la historia, pero más aún el comentario que has dejado.
Y no tengas miedo de sacarle demasiada punta a las historias que de verdad se lo merecen ;)

Anónimo dijo...

Me ha sacado una sonrisa muy grande el final de la historia. Cuánta razón hay ahí... cuánta...

Besos!