
una luz,
una vida,
un sol nos ilumina
Tic, tac, tic tac, ...
El gran reloj que marca nuestras vidas, poco a poco, ha ido moviendo sus engranajes, sus agujas han ido marcando un año de nuestras vidas.
Ha pasado un año, pero parece que fue ayer cuando empece a narrar mi aventura, nuestra aventura, la mía, la de mi amada y la de la pequeña Lita.
Ya hace un año, un año desde que una pequeña chispa, un destello de luz cambio nuestras vidas.
A mediados de abril, en medio de una primavera que llamaba a vivir, un pequeño análisis de sangre nos confirmaba un gran resultado, mi amor estaba embarazada. Nuestra pequeña luz, Lita, empezaba a gestarse dentro de Ella.
Fue un largo camino, pero ahora se nos antoja muy corto, un camino que culmino en una gran fiesta de bienvenida, la fiesta de la llegada de Lita.
Pronto se cumplirán 4 meses, un tercio de año, desde su llegada. Cuatro meses que han revuelto mi vida, cuatro meses en los que Lita no ha dejado de sorprenderme, no quiero engañar a nadie diciendo que han sido fáciles, mirando hacia atrás puedo decir que han sido duros, pero la recompensa, ver la sonrisa de mi hija ha pagado la pena.
Y para que podáis disfrutar como yo aquí os dejo unas cuantas sonrisas de Lita.



Ha pasado un año, pero parece que fue ayer cuando empece a narrar mi aventura, nuestra aventura, la mía, la de mi amada y la de la pequeña Lita.
Ya hace un año, un año desde que una pequeña chispa, un destello de luz cambio nuestras vidas.
A mediados de abril, en medio de una primavera que llamaba a vivir, un pequeño análisis de sangre nos confirmaba un gran resultado, mi amor estaba embarazada. Nuestra pequeña luz, Lita, empezaba a gestarse dentro de Ella.
Fue un largo camino, pero ahora se nos antoja muy corto, un camino que culmino en una gran fiesta de bienvenida, la fiesta de la llegada de Lita.
Pronto se cumplirán 4 meses, un tercio de año, desde su llegada. Cuatro meses que han revuelto mi vida, cuatro meses en los que Lita no ha dejado de sorprenderme, no quiero engañar a nadie diciendo que han sido fáciles, mirando hacia atrás puedo decir que han sido duros, pero la recompensa, ver la sonrisa de mi hija ha pagado la pena.
Y para que podáis disfrutar como yo aquí os dejo unas cuantas sonrisas de Lita.


